Política

Macri al frente de la campaña de demonización de los opositores

Preocupado por el resultado de las PASO, el Gobierno busca polarizar al máximo con un violento plan de demonización de los líderes opositores. El propio Mauricio Macri, lejos de las buenas ondas y del marketing de la alegría de otras campañas, se puso al frente de los ataques.

Patoteros, marxistas, prepotentes y sinvergüenzas. En menos de 24 horas el discurso de campaña de Juntos por el Cambio pasó a llenar de adjetivos a su principal adversario: el Frente de Todos. Y, en particular, distintas figuras del oficialismo le apuntaron los cañones al candidato a gobernador bonaerense, Axel Kicillof, lo que indica que buena parte de la estrategia pasa por la provincia de Buenos Aires. Para eso, el tono del discurso pasó a ser más confrontativo y por momentos hasta violento. El presidente Mauricio Macri aseguró que si gana Alberto Fernández será “una destrucción para el futuro de los argentinos” y trató a una serie de sindicalistas de “prepotentes y patoteros”. Su primo, Jorge Macri, se preguntó si Kicillof se había “curado” del marxismo. Miguel Pichetto ya había utilizaron el mismo calificativo. Ante los ataques, Fernández dijo que no se iba a involucrar en la agresividad y el maltrato. “La gente ya sabe quién miente”, señaló. Quienes se ocupan del discurso de campaña de Juntos por el Cambio, por supuesto, negaron a este diario que haya habido un giro consensuado hacia un discurso más virulento. “Yo no veo un cambio, honestamente”, sostuvo uno de los responsables de las líneas discursivas. “Quizás Horacio (Rodríguez Larreta) estuvo un poco más encendido que de costumbre, pero los otros hablaron en su tono habitual”, indicó sobre los discursos en el encuentro de Parque Norte. Otro de los responsables de campaña aseguró: “No hubo una definición acordada previamente”. “Estamos contando y defendiendo lo que se hizo en estos tres años y medio. Con datos y dejando clara la postura”, advirtieron desde la campaña bonaerense. Pese a esto, hubo un llamativo recrudecimiento de la violencia discursiva en un día. Si bien el kirchnerismo siempre fue un tópico para el PRO, este año dejaron de plantear críticas a los K para comenzar a instalar la idea de que sus adversarios son directamente un riesgo para la democracia. Macri, que se pasó campañas enteras sin confrontar con sus adversarios, dejó en claro que eso se terminó. Volvió a advertir que, “si vuelve el kirchnerismo, la Argentina va a entrar en un sistema autoritario”. Y le apuntó directamente a su contendiente para la presidencia: “Yo tuve dos reuniones con Alberto Fernández, una peor que la otra. Todas las cosas que me dijo eran falsas, todo en lo que se comprometió era mentira”, lo acusó en una entrevista con CNN en Español. También dijo que Cristina Fernández de Kirchner “niega la violación sistemática de las instituciones democráticas y plantea cosas como que la Justicia deje de ser independiente”. Está claro que es distinto marcar diferencias con un adversario a considerar que está fuera del juego democrático. Además, Macri recrudeció su discurso sobre aquellos sindicalistas que acompañan al Frente de Todos: “Hugo Moyano deja a mucha gente sin trabajo, Sergio Palazzo es prepotente, patotero, y Pablo Biró debería tener vergüenza. ¿Por qué hay que pagarle todos sus privilegios?”. Sobre Moyano dijo que “cobra para su gremio por izquierda y lo que hace es dejar a mucha gente si trabajo”. No especificó que serían esos “cobros”. Las declaraciones de Macri coincidieron con otras de Larreta que sorprendieron hasta los propios, dado que abandonó su tono, por lo general más cauteloso. “Se cagan a tiros entre ellos. Eso son. Ayer nos vinieron a patotear esos neokirchneristas que quisieron instalar una carpa en el Obelisco”, sostuvo sobre la represión por parte de la Policía de la Ciudad a los movimientos sociales que quisieron colocar una carpa para asistir a las personas en situación de calle. Para alimentar esta línea que vincula al kirchnerismo a la violencia, los dirigentes de Cambiemos comenzaron a circular un video con un compilado de discusiones de Alberto Fernández con periodistas. Otra de las estrategias de campaña que se profundizó a partir del disparo de largada que fue el encuentro en Parque Norte son los cuestionamientos al candidato del Frente de Todos a gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Se hizo evidente que el oficialismo continuará apuntando su fuego a la provincia de Buenos Aires, a la que se le suele decir “la madre de todas las batallas”. El ex ministro de Economía es el principal blanco del candidato a vicepresidente Miguel Pichetto quien parece alternar con Macri el rol ofensivo sobre el Frente de Todos. En el encuentro en Parque Norte, Pichetto volvió a calificar de “marxista” a Kicillof, algo que fue festejado por la tribuna PRO, y luego buscó instalar la amenaza de que, con su victoria en la provincia de Buenos Aires “va a gobernar La Cámpora” (agrupación a la que no pertenece el candidato), y que si triunfan a nivel nacional, “vuelve el cepo al dólar”. La declaración no fue un exabrupto de Pichetto: días antes, Vidal había afirmado lo mismo sobre La Cámpora y poco después la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, aseguró que “hay muchos adictos” en esa agrupación. Se quedó atrás de la monja Marta Pelloni, que dijo que La Cámpora es “el brazo del narcotráfico en la política de Cristina Kirchner”. Otro que apuntó contra Kicillof ayer fue el intendente de Vicente López, Jorge Macri. “Tuvo formación marxista, ¿se le curó esa mirada con el tiempo? No lo sé”, sostuvo, comparando una ideología política con una enfermedad. Por su parte, el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, buscó cuestionarlo desde un perfil más técnico: aseguró que en la gestión anterior cayeron los fondos coparticipables en la provincia de Buenos Aires. Claro que la declaración de Lacunza quedó como la de un político suizo en medio de un grupo de trolls.

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