Se presentó el informe preliminar del Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires. Los datos muestran un crecimiento importante respecto del primer censo, que se realizó en 2017. En 2019 fueron relevadas 7251 personas en situación de calle, lo que representa un incremento del 23% con respecto al censo anterior. Se contabilizaron tanto los que viven a la intemperie como los que eventualmente duermen en paradores nocturnos, según la definición de la ley 3706. Estas cifras contrastan fuertemente con las oficiales, difundidas por el vicejefe de Gobierno. Diego Santilli informó que desde 2017 a ahora se había registrado un incremento del 5% en esta población. Según el censo oficial, que también se hizo en abril, durante 24 horas, hay 1141 personas a la intemperie, una diferencia de 4271. Las 7251 personas representan un aumento del 23% respecto de hace dos años. De ese total, 5412 (el 73 %) viven en plazas, umbrales y veredas de la ciudad, según la información recogida por los censistas (voluntarios) en los recorridos específicos en que dividieron el territorio porteño en el trabajo de campo que realizaron entre el 25 y el 28 de abril. Hay 641 (9%) que duermen en paradores y 1340 (18%) en otros establecimientos. Las organizaciones también consignaron que 142 personas censadas estaban a las puertas de los paradores Retiro y Bepo Ghezzi. Las organizaciones destacaron las diferencias en la metodología de las dos mediciones. Los organizadores del censo explicaron que la población en situación de calle se define como población fluctuante (es decir, población que no está asociada de manera permanente a un lugar concreto del espacio geográfico, sino que deambula en busca de sus medios de supervivencia o como respuesta a la persecución de que es objeto) y como población oculta (esto es, población cuyos comportamientos son estigmatizados y viven situaciones de violencia). Por eso se la considera como población de difícil acceso y se desarrolló un abordaje específico: el relevamiento se organizó durante cuatro días, dos días hábiles y un fin de semana. Entre los censistas incluso hubo personas en situación de calle, lo que permitió vencer la resistencia de muchos “sin techo” a responder. Los datos del 2° censo popular son muy distintos de los oficiales. Del total de 5412 personas a la intemperie, 871 son niños y niñas (16%). El 80% de la población encontrada en situación de calle es varón, el 19%, mujer y 1% restante declaró ser trans/travesti (42 personas). Además, se relevaron 40 embarazadas. Uno de los datos que los censistas destacaron es la cantidad de gente que respondió a los voluntarios que era la primera vez que estaba en situación de calle: se trata nada menos que de 1.461 personas. La proporción de esta porción se duplicó respecto del relevamiento anterior: en 2017, el 23% de los encuestados dijo que era su primera vez sin techo, pero en 2019 representa el 52%. Cuando se les preguntó por qué habían perdido su hogar (podían dar varias respuestas), los motivos más explicitados fueron: pérdida del trabajo, expulsión de la vivienda (violencia, consumos problemáticos y otras causas), separación de las parejas y por no poder afrontar el pago del alquiler. Teniendo en cuenta las especificidades de la población censada, se elaboró un cuadernillo de capacitación específico, con el que se formaron 500 voluntarios y se realizaron 50 capacitaciones durante abril. “La participación de las personas encuestadas fue voluntaria y anónima”, explicaron, y se garantizó la confidencialidad de la información a través de un código alfanumérico que permitió mantener el anonimato de los que respondían y evitar la duplicación de los censados. Se censó en los 48 barrios de la Ciudad de Buenos Aires, divididos en cinco zonas, cada una de ellas con una persona responsable a cargo de la coordinación. Cada barrio fue dividido en cuadrículas o conjuntos de cuadras que durante los días que duró el censo fueron recorridas por un mismo grupo de censistas. Además, cada barrio tuvo como responsable a una organización con trabajo en ese territorio, lo que en la mayoría de los casos implicaba que los censistas tenían un conocimiento, por lo menos visual, de la población en situación de calle en su zona. Entre las organizaciones que participaron están la Defensoría del Pueblo de la Capital Federal, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Ministerio Público de la Defensa porteño, y Proyecto 7. Gente en situación de calle, entre otras. “El relevamiento muestra que las personas en situación de calle no son una prioridad para el gobierno desde hace años, lo que convierte esta situación en un problema estructural, que exige políticas estructurales, no sólo paliativas”, aseguró el defensor general de la Ciudad, Horacio Corti, para quien “las respuestas que da el gobierno son insuficientes”. Y también criticó la metodología del censo oficial: “El gobierno no cumple con la ley y no hace correctamente los relevamientos, por lo tanto no cuenta con la información y con el conocimiento necesario para construir políticas públicas adecuadas. Otro indicador más de que estas personas no son una prioridad para ellos”. “Estos datos son consecuencia de políticas económicas y sociales que han agravado las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos. Esto es responsabilidad del gobierno porteño, que debe adoptar políticas urgentes y soluciones estructurales. Esto no se resuelve con mero asistencialismo”, remarcó a este medio Diego Morales, director de Litigio del CELS, que destacó la gran cantidad de personas que no accedieron al subsidio habitacional que otorga el gobierno porteño. El 77% de los que respondieron el censo (2314 personas) no reciben ese subsidio.
La ciudad desnuda
Mientras el gobierno porteño se empeña en repetir que son 1141 las personas en situación de calle, el Segundo Censo Popular, realizado por organizaciones sociales y la Defensoría del Pueblo, reveló que son 7251, un 23 por ciento más que hace dos años. La mitad está por primera vez a la intemperie.