El juez de la Corte Suprema de la Nación Horacio Rosatti cruzó duramente este viernes los proyectos K para disolver y politizar la Justicia. Lo hizo un día después y en el mismo ámbito que se había expresado el titular del Máximo Tribunal, Carlos Rosenkrantz, quien calificó de "irrazonable" la idea del kirchnerismo de revisar las causas por corrupción. Ambos jueces hablaron en el marco de las XXV Jornadas Científicas de la Magistratura Argentina que se desarrollan en el Centro Cultural CCK. Mientras ser refería a la relación de la justicia y la política, y aunque sin nombrarlas directamente, Rosatti desechó las propuestas del ex integrante de Corte Raúl Zaffaroni, del candidato a presidente Alberto Fernández y de personajes laterales K como el escritor Mempo Giardinelli, que, con matices, pidieron revisar sentencias y hasta eliminar el Poder Judicial, con el objetivo de rever procesos como los que tienen detenidos a ex funcionarios como Julio de Vido o Amado Boudou. Los llaman "presos políticos". Recibir newsletter Rosatti, junto con Rosenkrantz uno de los dos jueces nominados por el presidente Mauricio Macri para la Corte, hizo una puesta en escena completa. Mientras hablaba, sostenía en sus manos la Constitución. "Terminemos con las polémicas: el Poder Judicial debe su existencia y su vigencia a la Constitución Nacional y, afortunadamente, no depende ni de la voluntad ni de opiniones coyunturales", dijo en el tramo más saliente de su discurso. Luego retomó uno de los ejes que suele remarcar, sobre la división de poderes. E insistió sobre los límites de la política: "El juez no debe reemplazar al legislador. Los magistrados tenemos una herramienta que es la declaración de inconstitucionalidad de las leyes que debemos aplicar con criterio muy restrictivo, porque los legisladores son los representantes directos del pueblo. A diferencia del político, que tiene un amplio espectro de opciones para tomar su decisión, y que viene concebida por su formación ideológica, el juez posee una limitada capacidad de maniobra que consiste en interpretar las leyes que dicta el Congreso. El legislador crea las leyes, el Ejecutivo las reglamenta y el juez las aplica. Pero todos los poderes tienen su límite en la Constitución Nacional. Se pide que el juez no juegue a ser político y estoy de acuerdo. Pedimos que el político respete las decisiones judiciales, aunque no las comparta". La declaración de Rosatti despeja algunas dudas sobre la postura del Máximo Tribunal frente al embate K, en medio de una fuerte interna. Rosenkrantz es el juez mejor visto por la Casa Rosada, pero Rosatti, pese a haber sido nombrado por este Gobierno, integra desde hace unos meses la llamada "mayoría peronista" -junto con Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda- que viene sacando fallos que molestaron al macrismo. En su discurso, Rosatti defendió algunas de estas decisiones y la previsibilidad que da la difusión de una agenda por parte de la Corte: "Ha permitido escoger casos líderes que impacten en los distintos niveles de la Justicia, para dar previsibilidad al funcionamiento judicial y celeridad a aquellas causas que involucran miles de casos análogos. Este procedimiento permitió, por ejemplo, gracias al fallo 'Blanco' (determinación del índice aplicable para el nivel inicial de retiro) resolver -entre febrero y mayo de este año- 15 mil expedientes similares. Este hecho adquiere especial relevancia en el marco de un cuerpo colegiado que toma sus decisiones por mayoría y que conforme a las temáticas de especialización jurídica suelen ser cambiantes". En medio de la campaña y la profundización de la grieta, en el Gobierno se había encendido una alarma cuando la Corte pidió el expediente del primer juicio por corrupción contra Cristina y se supuso que esto retrasaría su arranque, en una presunta señal de apoyo a la ex presidenta. Luego de una muy fuerte polémica, el Máximo Tribunal salió a aclarar que esto no ocurriría y las audiencias comenzaron. Se interpretó como una marcha atrás. Algunos miembros de la Corte aún hoy se esfuerzan por negarlo. Por esa tensión latente, las afirmaciones de Rosenkrantz y Rosatti, en un mismo sentido, toman relevancia. Días atrás, en una charla privada, un miembro de la Corte pensaba a futuro: "Si gana Cristina, Carlos se va a tener que preparar para frenarla". Se refería a Rosenkrantz. Mientras lo decía, abría grande los ojos.
Horacio Rosatti también cuestionó duramente los proyectos K para disolver y politizar la Justicia
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