¿Si Cristina Kirchner gana, podría avanzar con la entronización de Máximo Kirchner, su hijo, como presidente de la Cámara de Diputados? Como antecedente, Cristina puso al presidente de la fórmula que ella misma integra, y armó la dupla de la Gobernación (Axel Kicillof-Verónica Magario) sin consulta alguna. Antes, la ex presidenta había colocado a Máximo como armador de su espacio en la Provincia. Ese carácter de referente político fue reconocido por el PJ bonaerense y los intendentes partidarios, quienes concedieron a Máximo encabezar la lista de diputados nacionales para octubre. Tiene soporte por arriba y por abajo. Adquiere un seguro de garantía en la grilla de legislador. De hecho, este fin de semana adoptó el protagonismo conferido al señalar que “le va a costar mucho (a Cambiemos) hacerles creer a los bonaerenses que (María Eugenia) Vidal es distinta de (Mauricio)Macri”. ¿Podría ser relegado por Sergio Massa si el renovador emigra al cristinismo? Es una moneda en el aire, apenas. Recibir newsletter “Nosotros estamos avisados de la posibilidad, llegado el caso, de ese deterioro institucional en el Congreso. Pero confrontaremos en el momento que haya evidencias”, se ponen a resguardo en el oficialismo. El alerta sobrevendría en tres semanas, cuando Cristina resuelva si su heredero, patrimonial y político, encabeza la nómina. Si ello ocurre, es norma que el partido ganador reserve la presidencia de la Cámara para su primer candidato a diputado por Buenos Aires. No es un concepto rígido, pero es de uso habitual. Sería lógica parlamentaria, aunque, en esta ocasión probable, remita a prácticas de dinastías milenarias. Se sabe, desde la época de Pisístrato, que para proteger su poder en Atenas entregó cargos políticos y públicos a sus familiares, la tentación siempre fue grande. Parece que los laboratoristas de campaña de Cambiemos, en su momento, remitirán a esos peligros, estrenados por aquel líder del Partido de la Montaña. El alerta surgirá, entonces, sobre el presunto intento de Cristina Kirchner de utilizar un futuro ordenamiento institucional – en caso de ganar- con alguna reminiscencia cercana al “nepotismo”. No será apelando al recuerdo de aquella secuencia de sucesión matrimonial en el poder (2003-2015), que comenzó a gestar Néstor Kichner. Mucho menos a la herencia territorial, en Santa Cruz, con la hermana Alicia, que al fin y al cabo resultaría una anécdota, al lado de otras experiencias provinciales por citar los clanes Saadi, Alperovich, Zamora, y sigue la lista. En cambio, despertaría a la crítica el carácter filial de Máximo como eventual responsable de la Cámara de Diputados. Sería la primera vez que una sola familia toma la más alta jerarquía de representación en el Congreso Nacional. Y que ejercería la sucesión presidencial en caso de acefalía. La Constitución Nacional, en su Artículo 88 y la Ley Nacional 25.716 (modificatoria de la Ley 20.972) prevé, en caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del Presidente, que el cargo sea ejercido por el vicepresidente de la Nación, hasta que haya cesado la causa de inhabilidad o un nuevo Presidente sea electo. De estar impedido también el vicepresidente, la línea de sucesión temporaria está compuesta en este orden: Presidente provisional del Senado, Presidente de la Cámara de Diputados y luego el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. En ese sentido la letra es clara. Tan clara como que ninguna prescripción constitucional inhibe de esa atribución parlamentaria a madre e hijo. ¿Entonces por qué razón resultaría atacable esta forma de binomio político legislativo? En la Casa Rosada mencionan como referencia "ética" la reforma que aplican desde 2016 en el Ejecutivo. Entre las previsiones incluye la prohibición para designar en el ámbito de la administración pública a cónyuges, convivientes o parientes en línea recta o colateral hasta el segundo grado del Presidente, vicepresidente, jefe de Gabinete de ministros, ministros y funcionarios con rango y jerarquía equivalente. “Esa línea marca un principio de moralidad en el manejo de la cosa pública”, es la explicación para confrontar con las supuestas prácticas de nepotismo. Incorporan como sostén argumental que esa misma reforma fue recomendada al ámbito del Congreso y también del Poder Judicial. Sin éxito. Desde el kirchnerismo quitan entidad a la presunción del nepotismo. “Hay un criterio interviniente que es el voto popular. Acá no hay una designación de madre a hijo. En tal caso sería el pueblo quien elige a la vicepresidenta y al diputado nacional (por Buenos Aires) en cuestión. Después, si Máximo queda como presidente del cuerpo es una cuestión de técnica legislativa”. Es una discusión en ciernes. Hasta después del 22 de junio. NE
Cristina y Máximo podrían tener el manejo del Congreso Nacional
¿Si Cristina Kirchner gana, podría avanzar con la entronización de Máximo Kirchner, su hijo, como pr…