Este lunes la línea E del subte se vuelve más larga. La cabecera Plaza de los Virreyes, en Flores, se mantiene igual, pero la otra ya no será Bolívar sino Retiro, que junto a las estaciones Catalinas y Correo Central completan el recorrido nuevo. Son tres estaciones que poco antes del mediodía quedarán habilitadas al público. En total, suman a la línea dos kilómetros, un tramo corto que llevó mucho: 20 años desde el primer llamado a licitación y 10 desde el inicio de las obras. La nueva estación Correo Central. Recibir newsletter La ampliación ocurre en la línea más postergada de la red. Trenes con más de medio siglo de antiguedad, frecuencias dispares y cancelaciones repetidas la pusieron en esa categoría. Según datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el año pasado, en la línea E hubo 2.683 minutos de interrupción. La cifra equivale a dos días completos de subte parado por causas relacionadas con la operación, sin considerar cortes por huelgas, pasajeros descompuestos u otros casos fortuitos. Sacar a la E de esa categoría de emergencia demandará tiempo, aun cuando los funcionarios porteños prometan que las tres estaciones le cambiarán la cara a la línea y que unir Flores con Retiro llevará tan solo 32 minutos. Dicen que así sucederá, no sólo por la extensión que implican las tres estaciones, sino también porque su apertura está acompañada de otras mejoras, como la renovación de vías y la creación de un taller para el mantenimiento de las formaciones. El subte E es el único que penetra en el sur de la Ciudad y funciona como punto de transferencia con el Premetro. Por sus actuales 15 estaciones, viajan 90.000 pasajeros por día hábil. Con las tres a estrenar, calculan que se sumarán 63.000 usuarios, dado que ahora no sólo podrán llegar más lejos sino también combinar con la B, algo que hasta ayer no ocurría. También desde este lunes será posible hacer trasbordo con los trenes Mitre, San Martín y Belgrano, en Retiro; con la terminal Buquebus y con 30 líneas del Metrobus del Bajo. Y se sumará un nuevo punto de combinación con la C, en Retiro. Previo a la inauguración, el único nodo de transferencia estaba en Independencia. La construcción de las tres estaciones empezó en 2009, bajo la administración kirchnerista y cuando el subte todavía dependía del Gobierno nacional. En 2012, el servicio pasó al Ejecutivo porteño. La extensión debió inaugurarse entonces, pero lo que había era un túnel pelado: sin vías ni señales, tampoco mobiliario ni escaleras mecánicas. Discusiones sobre a qué administración le correspondía asumir los gastos para completar el proceso dilataron una y otra vez la obra, que recién este lunes va a ser utilizada por los usuarios. Con todo, aún no se solucionarán los dos problemas centrales que tiene la línea: la frecuencia y el estado de sus coches. Sobre el primero, en SBASE reconocen que, en hora pico, pasan más de cinco minutos entre una formación y otra. Y aspiran a bajar ese tiempo a cuatro minutos y medio para antes de fin de año. Sobre el estado de los coches, las perspectivas de mejora no son significativas, al menos en el corto plazo. La mayor parte de las formaciones son Fiat/FM. Varias de ellas, ex coches de la A y de la D, con entre 22 y 38 años de uso. Y todavía quedan General Electric que salieron de fábrica hace más de medio siglo. Tampoco hay planes de sumar trenes con aire acondicionado. Por lo pronto, la inauguración de este lunes será la última en un largo plazo, porque actualmente no hay en marcha ninguna obra ni licitación para seguir expandiendo la red. Con las nuevas estaciones, el cronograma de servicios será el siguiente:
El subte E abre este lunes tres estaciones y se sumarán 63.000 pasajeros a la red
Este lunes la línea E del subte se vuelve más larga. La cabecera Plaza de los Virreyes, en Flores, s…