La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó sorpresivamente un libro sobre sus años en el poder y su visión de la Argentina de Macri en el inicio del año electoral. Golpeada por la muerte de su madre y el difícil momento de su hija, toma el centro de la escena política nacional con frases como: “Si alguien me pidiera que definiera a Mauricio Macri en una sola palabra, la única que se me ocurre es: caos. ” Manteniendo el efecto sorpresa que la caracteriza, y que caracterizó a sus ocho años de gobierno, la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio a luz su primer libro “Sinceramente”, que la editorial Sudamericana (Penguin Random House) definió como “el libro más inesperado del año”. La información sobre la publicación se mantuvo bajo siete llaves. Se sabe: no es cualquier libro ni se elige publicar en cualquier momento. La actual senadora sigue siendo protagonista central de la política argentina y las especulaciones que giran en torno a su posible candidatura—o no— son el eje del inicio del año electoral caliente. Corrió el rumor de que CFK lanzaría su candidatura el 20 de junio, Día de la Bandera, en la cancha de Racing. Pero al igual que lo hizo siempre, habrá que esperar hasta el último minuto para saber qué decisión tomará la mujer que hoy mejor mide en las encuestas. El libro, que estará en las librerías de todo el país a partir del 26 de abril, contiene varias definiciones tajantes y también revela detalles íntimos. Aquí algunas: “Hubo una decisión mía de retirarme porque sentía que todo había sido muy vertiginoso, tal vez demasiado intenso. Necesitábamos todos descansar: yo de los argentinos y los argentinos de mí. Porque gobernar este país… ¡mamita! Si alguien me pidiera que definiera a Mauricio Macri en una sola palabra, la única que se me ocurre es: caos. Sí… Mauricio Macri es el caos y por eso creo firmemente que hay que volver a ordenar la Argentina. Macri podría haber sido un capitalista exitoso, disciplinar al sector agroexportador con retenciones escalonadas y diferenciadas, pero eligió ser carancho del sistema financiero. A punto de cerrarse las listas fue una tarde a verme a Olivos. Estábamos los dos solos. Le dije: ‘No, Daniel. Nos van a atacar diciendo que yo quiero los fueros o, peor todavía, que voy a ser tu comisaria política desde la Cámara de Diputados’. Hoy, a la distancia, mientras escribo esto y veo los números de aquella elección en primera y segunda vuelta, me pregunto: ¿hubiera ayudado a cubrir la escasa diferencia de votos que tuvimos en el balotaje si iba como diputada? Néstor me lo dijo: ‘Te van a perseguir a vos y a tus hijos’. No fue altisonante. Estaba serio y cuando le pregunté: ‘¿Por qué decís eso?’, enseguida cambió de conversación. Fue en El Calafate. Lo que no puedo recordar es si fue durante la última semana que estuvimos juntos. El amor es tener ganas de estar con el otro. Para escucharlo, para hablar, para lo que sea. A mí me encantaba estar con él y a él conmigo. Siempre me decía: ‘De lo único que nunca me aburrí fue de vos’. Néstor, con sus diarios a cuesta —Clarín, La Nación, Página 12, Crónica, Ámbito Financiero, La Prensa, El Día de La Plata— y todas las revistas que encontraba, se iba a una confitería y esperaba que yo volviera de hacer las compras tomando un café. Por supuesto, me producía y arreglaba como si fuera a una fiesta: sombrero, anteojos de sol, pareo, etcétera, etcétera, etcétera… Él iba de remera, zapatillas, medias, short de baño y llevaba una gorrita con visera para atrás. Uno de esos días estaba sentado en la mesa con la pila de diarios y revistas y se acercó una señora muy paqueta que le dijo: ‘¿Me da La Nación, por favor?’. Yo justo venía entrando y Néstor le dijo: ‘No, señora, no puedo, son de la patroncita que ahí viene’. Tuvimos una discusión fuerte vinculada a la alianza electoral con Duhalde para enfrentar a Carlos Menem en las elecciones presidenciales en 2003. Yo no quería; insistía en que era una losa que no íbamos a poder levantar. Sin embargo, Néstor estaba convencido de que era una alianza necesaria. Trabajaba en todos los frentes para convencerme, también en el familiar. Muchos años después Máximo me contó que un día, en Río Gallegos, su padre lo había invitado a dar una vuelta: ‘Acompañame a ver unas obras’, le pidió. Cuando se subieron al auto, con Néstor al volante, le preguntó: ‘¿Vos creés que los milicos tienen que ir presos por todo lo que hicieron?’. Máximo le contestó que sí, que obvio, y entonces le hizo otra pregunta: ‘¿Vos creés que este país necesita terminar con el tema de la deuda externa crónica y tener otra política económica, que genere trabajo?’. Máximo le volvió a contestar que sí, que claro, y Néstor le dijo: ‘Bueno, entonces ayudame a convencer a tu vieja porque tenemos que cerrar con Duhalde. Si no, no ganamos’. Nunca llegamos pobres a ningún cargo en la función pública. Y menos a la Presidencia de la Nación. No puedo dejar de observar que las dos principales obras de la provincia, el aeropuerto internacional de El Calafate y el puerto de aguas profundas de Caleta Olivia, fueron realizadas por dos importantes contratistas de obra pública, con actuación de larga data en la República Argentina. Benito Roggio e Hijos comenzó como empresa constructora en el año 1908 y ESUCO, de Carlos Wagner —ex presidente de la Cámara de la Construcción—, en 1948. (…) Por eso resulta indignante y ofensivo a la inteligencia que en el año 2018, en el marco de lo que se conoce como ‘la causa de las fotocopias de los cuadernos’, los dueños de empresas constructoras de obra pública con 110 años de antigüedad una y 70 la otra —entre muchas otras— digan que recién en el año 2004 tuvo que llegar el ministro de Planificación Federal Julio De Vido para convocarlos y enseñarles cómo cartelizarse en la obra pública cual niños en un jardín de infantes. Ridículo. Recuerdo cuando me dijo: ‘Puedo ir yo de vuelta y después vos’. ‘Ni loca’, le contesté. Porque si yo era candidata luego de dos mandatos consecutivos de Néstor, seguramente iban a decir: ‘Pone a su mujer porque no puede ser reelecto’. Cuando recuerdo los cinco paros generales que hicieron durante mi último mandato no puedo dejar de pensar que también hubo un fuerte componente de género. Digámoslo con todas las letras: la CGT es una confederación en la que no hay mujeres que conduzcan. En el primer almuerzo, recuerdo que conversamos sobre Néstor y yo le dije: ‘Sabe qué creo que pasó entre ustedes, Jorge… —porque le digo Jorge cuando hablamos y no Su Santidad y él, obviamente, me dice Cristina—. En el fondo creo que la Argentina era un país demasiado chico para ustedes dos juntos. Aquellos días muchos habitantes de Barrio Norte y Recoleta, los barrios más ricos de la ciudad de Buenos Aires, colgaron banderas vaticanas amarillas y blancas de los balcones para festejar la elección de Bergoglio. Estoy segura que, en el primer momento, creyeron haber encontrado un nuevo líder para luchar contra ‘la yegua’. Cuando tomó estado público mi felicitación y mi decisión de viajar a Roma, los festejos de la oposición se aplacaron. Fue increíble: lentamente iban desapareciendo las banderas. Estaba claro: a pesar de que había habido tensiones, nunca nos entendieron ni a mí, ni a Néstor y me parece que menos todavía a Bergoglio. Guardaban la secreta esperanza de que Francisco, el nombre que eligió para su papado y que aludía al nombre de San Francisco de Asís, el santo de los pobres, fuera un tenaz opositor a nuestro gobierno. La ilusión de firmar el Memorándum e imaginar la fotografía del juez argentino a cargo de la causa sentado en Teherán tomándole declaración a los acusados iraníes fue, hoy lo puedo confirmar, una verdadera ingenuidad de nuestra parte, que nos hizo olvidar de los intereses geopolíticos en pugna. Recuerdo un día que, ya finalizada la sobremesa, íbamos caminando hacia la salida del comedor y Magnetto me dijo: ‘No pueden sacar la reforma, la gente no está de acuerdo, la calle no está de acuerdo, hay mucha crítica y opinión negativa’. Entonces le contesté: ‘Ay, Héctor —no le decía Magnetto, le decía Héctor—. ¿La calle? ¿Me lo dice en serio? ¿Usted cree que la calle sabe qué estamos discutiendo en el Senado? La calle ni siquiera sabe lo que es el Consejo de la Magistratura, son ustedes los que no están de acuerdo, no la calle. Mire, pueden seguir sacando veinte mil editoriales y artículos en mi contra que voy a seguir opinando lo mismo y votando lo mismo’. Él tiene un fuerte interés por la política y no se trata solamente de un tema de lobby, para resguardar o mejorar sus intereses económicos, eso sería minimizarlo. Le interesa el poder de la política, el poder del sistema de decisiones, es decir el poder en sentido estricto y completo. ” La ex Presidenta pasa un momento personal delicado. Unas horas antes de subirse al avión para visitar a su hija a Cuba que está internada, fallecía su madre Ofelia a la edad de 89 años producto de un cáncer de endometrio. “Quiero agradecer todos y cada uno de los mensajes que me hicieron llegar ayer. Gracias por todo el cariño y la fuerza que me brindaron”, escribió CFK a través de las redes sociales ya aterrizada en La Habana. Allí se reencontró con Florencia, que se atiende por “trastorno de estrés postraumático, síndrome purpúrico, amenorrea, linfedema y polineuropatía desmielinizante”. El viaje fue autorizado por tres tribunales orales federales, que entienden en diversas causas: el TOF 5 (“Los Sauces”); el TOF 2 (obra pública); y el TOF 8 (“Hotesur”), si bien no tenía prohibida la salida del país. También están procesados Florencia y su hermano Máximo, actual diputado nacional. Sin embargo, el lunes por la tarde se conoció que el primer juicio en su contra arranca dentro de un mes, el martes 21 de mayo, ya que la Justicia no unificó la causa de Vialidad (que tenía fecha de comienzo ese día) con el caso conocido como Los Sauces. En ese sentido, el libro, es una suerte de compendio de memorias, reflexiones, análisis sobre los doce años de gestión kirchnerista. El libro contiene anécdotas y servirá como registro en primera persona de lo que fue ser la primera mujer electa presidenta en dos mandatos consecutivos. ¿Cómo fue estar tantos años en el poder? ¿Cómo fue enfrentarse a los otros poderes económicos, mediáticos, financieros? ¿Cómo es la intimidad al tomar decisiones trascendentales?”Sinceramente” llega también a pocos días de inaugurarse la Feria Internacional del Libro, uno de los clásicos eventos que solo funciona para la difusión y la compra de libros sino que es claramente un escenario político en un sentido amplio. En ese sentido, en un año electoral, seguramente la Feria sea un espacio de visibilización de candidatos y de libros políticos, como lo es este. Y allí estará CFK para presentarlo el 9 de mayo próximo. Comentarios
El libro de Cristina: "Mauricio Macri es el caos y por eso creo firmemente que hay que volver a ordenar la Argentina".
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