Es un gran momento. Está casi todo listo: se preparan los últimos empaques de cerezas en la Cooperativa de Productores Integrados de Cereza Limitada. En 24 días, China recibirá aproximadamente 60.000 kilos de cerezas argentinas provenientes del valle inferior del río Chubut con cuatro contenedores con alrededor de 2800 cajas cada contenedor (cinco kilos por caja), que se suman a otros envíos como el de la firma Vista Alegre desde la provincia de Neuquén. Partirán desde un puerto de Chile en los buques Cherry Express, especialmente acondicionados para llevar solo arándanos y cerezas. En diciembre pasado, con la visita del presidente de China Xi Jinping en el marco del G20, la Argentina logró que se abra ese mercado para la cereza argentina. El Gobierno cree que con la exportación hay un potencial para crear 100.000 nuevos empleos. "En tiempo récord, tras la reunión del G20 , hemos concretado este primer envío a la República Popular de China", dijo Ricardo Negri, presidente del Senasa, organismo que intervino en la negociación por el protocolo sanitario. Negri participó de un encuentro en Neuquén con el gobernador Omar Gutiérrez por la exportación desde esa provincia. Para Walter Domínguez, productor, asesor y gerente de la cooperativa de Chubut, se trata del inicio de un futuro distinto de lo que se vio hasta ahora para el sector. "Arranca una nueva etapa para el cultivo, hoy nosotros procesamos un millón de kilos al año, estamos dispuestos a enfrentar los desafíos y los cambios son bienvenidos", contó a LA NACION. Domínguez es ingeniero agrónomo, tiene 51 años y hace 22 años que está en la actividad. Sus tres hectáreas en producción forman parte de las 85 que tienen en total los doce productores integrantes de la cooperativa que comprende las ciudades de 28 de Julio, Dolavon, Gaiman (donde se encuentra la planta de empaque) y Trelew. Los productores tienen entre tres y diecisiete hectáreas cada uno. La historia de producción en el valle comenzó en los años setenta, cuando los hermanos González, torneros en sus inicios, se instalaron como pioneros en la zona para empezar a cultivar cerezas. Hoy ya retirados de la actividad le alquilan su chacra a otro productor. En época de cosecha (a mano) y empaque de cerezas, el día es largo. Se comienza a las 5 y se termina pasadas las 21. "Todo lo que se embala tuvo que haber sido cosechado en el día, a lo sumo el día anterior", explicó el asesor de la cooperativa, y agregó: "La fruta no espera en el campo mucho tiempo porque el calor la estropea". A pesar de haber sumado tecnología, el pitting (abolladuras o golpes de la fruta), castigado en el mercado, era un problema para los productores. "Para solucionar este inconveniente, la cosecha cambió; los cosechadores cuando completan su capacho recolector lo llevan a unas mesas móviles donde se inspecciona y se hace una preclasificación de la calidad de la fruta", explicó el productor. El 85% de la producción se exporta a Europa, Estados Unidos, Hong Kong y Singapur. "Ahora se suma China que paga un poco más que el resto, los productores lo estaban esperando y se prepararon para ello: crecieron en superficie, volumen y tecnología", planteó y añadió: "Desde hace un tiempo se hace un trabajo de raleo para lograr frutos grandes y firmes que soporten el viaje". Además de la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), para los cultivadores de la zona la cereza del valle corre con ventajas. Por un lado, al ser producidas durante el período en que hay más horas de luz, acumulan más azúcar y, por el otro, la cercanía al mar, que genera amplitudes térmicas, les mejora el color. Domínguez destacó también la importante tarea que llevó a cabo la Cámara de Productores Integrados de Cerezas (Capci), como así también el Senasa. En octubre y noviembre pasados, inspectores chinos visitaron la zona de producción para recorrer las plantaciones. Para Carlos Enríquez, socio gerente de la firma Vista Alegre, la apertura de China es "maravillosa". "Tiene una demanda inelástica, es decir que aunque aumente la oferta el precio no varía; además, los valores que tiene China no se obtienen en ningún lugar", indicó. El empresario destacó que la mercadería llegará justo para el Año Nuevo Chino, "donde es común que la gente regale cerezas como signo de prosperidad". A nivel local, Enriquez remarcó que el producto "puede generar hasta 100 mil puestos de trabajo porque el 70% del costo de la producción es mano de obra". "China, en los próximos cinco años, necesitará el doble de cerezas y es ahí donde la Argentina tiene la veta para invertir en esta economía regional que tiene impacto social", dijo. China es un fuerte consumidor mundial. En 2017, compró cerezas por 771 millones de dólares, el 31% del comercial global de este producto. Estados Unidos y Chile son sus principales proveedores. Para la Argentina, las cerezas representaron en 2017 exportaciones por 5630 toneladas, con Estados Unidos y Hong Kong como principales destinos.
Histórico: la Argentina concreta la primera exportación de cerezas a China
Es un gran momento. Está casi todo listo: se preparan los últimos empaques de cerezas en la Cooperati